Cronica de Raul Masegosa «Mase»
Hola amigos, odio este deporte al mismo tiempo que lo amo. Es como cuando te enfadas con tu pareja y del calentón del momento puedes llegar a plantearte la ruptura, pero en ese momento te acuerdas de una sola situación agradable y ese sentimiento se convierte en al antagónico. Eso me pasa a mí con esto, muchas veces me planteo si vale la pena, pero al segundo rectifico, me sale una sonrisa y pienso, no solo merece la pena, sino que estas situaciones desagradables y que todos rezamos para no encontrarnos, lo hacen incluso mucho más especial. Me he animado a escribir estas palabras por varias razones; la primera porque creo que necesito expresarme para sacar un poquito de la frustración que llevo dentro, y la segunda, para intentar poner mi granito de arena en la paciencia de esos atletas que estén pasando por mi misma situación.
Mi caótica situación atlética comenzó a finales del 2002, estrenaba categoría y los juniors ya no eran los cadetes ni los juveniles, aquí ya había que correr mucho para ir a un nacional, y más siendo de 1er año, pero todos sabéis que en octubre y noviembre todos derrochamos entusiasmo y más cuando la pretemporada había ido bien. Así que si había que correr más, pues se corría y ya está. Esa temporada comencé a realizar algunos días lo que tantas veces había escuchado »a los mayores», a doblar, algún rodajito y gym por las mañanas, o a medio día después del insti y por las tardes el entreno que hubiese. Los entrenos se pusieron serios para final de año, carga, carga y más carga, lo normal para hacer un buen cross a principios de año, hasta que mi pierna dijo basta. Era una molestia insignificante que poco a poco fue convirtiéndose en dolor crónico que no me dejaba ni hacer un rodaje de media hora. Médico, resonancia, fisio, médico, fisio, ecografía, médico, fisio, electromiografía… Diagnóstico final: Síndrome compartimental del nervio ciático-poplíteo externo a su paso por la cabeza del peroné, debido a mi tamaño de la cabeza del peroné. Tratamiento: Intervención quirúrgica para descomprimir el nervio, pasándolo por otro sitio, vamos una operación »chunga» y sin ninguna certeza de poder seguir efectuando atletismo a ese nivel. Mi decisión final después de mucho pensar e intentar buscar alternativas a ese tratamiento fue el dejarme el atletismo de competición muy a mi pesar y seguir con mi vida cotidiana, ya que no veía factible una operación de esa magnitud para un chaval de 17 años y que no me dieran la certeza de que ni siquiera no me iba a doler al andar.
AÑO 2006: Empiezo a intimar (compañeros de trabajo) con un tipo que ya conocía desde hacía algunos años, (ya que no me había desvinculado por completo del atletismo), un tal Fabián Campanini, que me devuelve la ilusión por este deporte y me hace olvidar la frustración pasada. Retomo de nuevo los entrenos, consiguiendo resultados que me motivan para el poco tiempo que llevaba entrenando. Empecé a finales de enero, después de llevar casi 4 años parado, y en marzo hice 1h 19′ en la media de Murcia y en abril 1h 17′ en Elche), todo iba sobre ruedas, todo perfecto, hasta que otra vez mi pierna dijo basta. Esta vez me dejó tocado, tanto que ni siquiera le di una oportunidad y ni me la traté, directamente me autoconvencí de que no pasaba nada porque en vez de correr carreras y entrenar a saco me dedicara a trotar tres veces por semana media horita e ir a la piscina a nadar, que eso si era deporte y no lo que estaba haciendo y había hecho hasta ahora.
VERANO 2011: Este deporte cala hondo, sobre todo en valores, tanto es así que después de 16 años desde que un mañaco corrió la milla de Elche allá por el 95, y que acto seguido entró al club atletismo decathlon, conservo los mismos amigos. Me acuerdo como si hubiese sido ayer de esa tarde de septiembre del 95 cuando llegué a la pista vieja de Elche y allí me los encontré: Jorge, Cristian, Jesús y David con el mismo pelo, larguito con la raya en medio y Roberto, un niño tímido con gafas.
Este verano pasado Cristian y yo empezamos a rodar algo, y digo algo porque me daría vergüenza hablar de tiempos y ritmos, 18 kilos arriba Cristian y 11 yo. Nos ponemos el mono de trabajo a mediados de agosto para intentar bajar de peso y ponernos algo en forma, ya que el “cabrón” de nuestro colega Jorge está como una moto y nos deja en evidencia hasta cuando aprieta un poco andando. “A ver si conseguimos rodar algo por debajo de 4′ tío”, me dice Cristian en alguna comida o cena de las que hacemos prácticamente semanalmente. “Ya me conformo yo cuando empiecen estos (el grupo donde entrena Jorge, que lo comanda Fabián Campanini) en septiembre podamos rodar a 4′ 30», le digo yo. Llega Mediados de septiembre y la cosa va bien, antes de empezar a hacer algunos rodajes con el grupo de Jorge y Fabián en su pretemporada, corro un par de carreritas, me vuelvo a sentir atleta después de casi seis años, pero de diferente forma, esto sabe diferente pienso, creo que incluso mejor, será por los gritos de mi mujer o por los ánimos de mi padre y mi madre, ya con casi 60 años, no son los mismos que cuando me llevaban a las carreras, pero ponen el mismo empeño en animar a su hijo.
Acabo 5º en un triatlón muy popular de Orihuela, pero creo que es una de las carreras en las que mejor me lo he pasado, ¿como puede ser eso? si he corrido 4 km por encima de 4′, eso es una basura pienso, pero ¿y que? ¡¡Me lo he pasado en grande!!
Una semana después corro en La Aparecida un 10k, se han puesto de moda estas carreras, antes no había. Mucho calor, sufro bastante, ya no me acordaba, pero lo recuerdo rápido, acabo en 40′ 09»,¡¡a 4′ de media!!! Hace 10 años eso habría sido un rodaje regenerativo,¡¡ hoy es la bomba!! Me siento orgulloso de mí mismo y acorto esos plazos que me había marcado de rodar a 4′ 30». Empezamos la pretemporada con el grupo, ahora ya no es el grupo de Jorge y Fabián, ahora es el grupo de Fabián, Jorge, Jesús, Juan, Pedro, Quique, Fernando Cristian y mío. Conocemos a estos chicos y no tardamos en congeniar, nos lo pasamos en grande, quedamos, entrenamos, sufrimos, nos reímos, me siento comodísimo con ellos, aunque Cris y yo sufrimos más de la cuenta, pero nadie dijo que iba a ser fácil. Poco a poco vamos perdiendo peso y nos metemos en los rodajes a ritmos decentes. Corremos en Ibi un cross de 6 km muy duro y la media ya ve el 3 delante, me sale a 3’40» y corro bastante bien, pero lo más importante me lo vuelvo a pasar en grande junto a mis amigos. La cosa se va poniendo seria, empiezan las series el farlek, los rodajes fuertecitos y nos vamos poniendo las pilas, Cristian, que antes lo veía mirando para atrás, ahora lo veo mirando al lado, aunque aún va pasadito de peso y forzado, ya va sacando lo de dentro el cabrón este, pienso. Jorge en su línea, el año pasado corrió en 1h11′ y este año esta con ganas de ver la 1h 10′, mama mía pienso. Fabián esta fortísimo y nos da candela a todos prácticamente todos los días, de Jesús que voy a decir, da igual si esta fuerte o no, luego compite y gana. A los demás los conozco poco pero Fernando está como una moto, un chaval fuerte y duro, vaya crossista pienso. Veo a Pedro muy bien para el poco tiempo que lleva en el atletismo y me fijo en él como referencia para los entrenos aunque aún está un poco por delante. De Juan me doy cuenta en la primera serie rapidita que hacemos, ¿este tío tiene 40 años?¡¡ La virgen!! Corro en Los Montesinos un 10 k, 36′ 18», vuelvo a mirar el reloj, 36′ 18»,¡¡ he bajado 4′ en un mes!! Me siento eufórico, feliz, esta droga legal llamada atletismo ya empieza a afectarme de nuevo. Estoy siempre activo, con ganas de hacer siempre cosas, como si tuviese un gotero con cafeína constante, ¡me siento bien!, con ganas de que llegue cada entreno, paso de 81 kg a 71 y bajando. Es mediados de octubre, me animo y me apunto a la media de Valencia, ¿será pronto aún? sólo llevamos 1 mes y medio entrenando, ¿pero y que? pienso, cuando no pueda más pues me paro. Esto ha cambiado, ya no es como antes, estamos aquí para disfrutar, pasarlo bien, no hay ninguna presión. Esa mentalidad es fuerte, muy fuerte, pero con lo que no puede la mente es con lo anatómico. En el kilómetro 15 de la media, me salgo, medio cojo llego a mi casa, con el ánimo por los suelos, y alguna lagrimilla cae, ¿porqué? pienso, esta vez era diferente no buscaba nada a cambio, solo divertirme y disfrutar. El niño de 17 años no está, hay uno de 27, y con los” huevos pelaos”, y sin prisa ni presión, así que cuando te cures volverás a correr, le digo a mi pierna. Las cosas han cambiado, esto no es 2002, es 2012. Dicen que las zapas tienen tecnología, yo las miro y no les veo nada pero si lo dicen será verdad, hay médicos superultra especializados, zapas para cada pisada…Voy a un podólogo de Onil, un máquina, me hace unas plantillas, me compro unas nike pegasus y aunque tarda en irse el dolor 2 meses, a principios de enero estoy empezando otra vez. He perdido bastante, pero por lo menos no empiezo como en agosto pasado. Le tiro 15 km a Jose Seva (otro chico del grupo que conocí más tarde) en la media de Santa Pola a 3′ 55» de media, no estoy tan mal pienso, hasta que veo llegar a Cristian y Pedro en 1h 15′ “¿Pero esto que es?”, ¿ qué me he perdido? Jorge llega en 1h 13, el grupo está que se sale, con algunos problemillas de algunos pero nada serio, salvando la lesión de este mismo día de Pedro, aunque con 1h 15′ en el bolsillo a mí me da igual lesionarme, es broma. Empiezo de nuevo la rutina de entrenos y cuando voy a la pista a entrenar con el grupo sufro mucho, incluso me descuelgo, los cabrones estos van como motos, han hecho los deberes estos dos meses que he estado parado. Empiezo a ponerme decentemente y nos escapamos todo el equipo a correr el autonómico de cross corto, yo nunca había corrido ninguno, es una modalidad que empezó en 2005 o por ahí, pero supongo que se saldrá rapidillo. Ese adjetivo se queda corto cuando dan la salida, salgo a tope, cuando digo a tope es a tope, esprintando, y veo que me pasan hasta por encima, la carrera va transcurriendo y me voy encontrando mejor aunque sufro mucho, ¡¡estoy lentísimo!! voy a 3’18» y voy a tope. Al final llego con Juan y estoy satisfecho, ya que el objetivo de ayudar al equipo yendo allí está cumplido y más si lo has dado todo. Sigo entrenando e intentando adaptarme a las plantillas, me han cambiado la pisada y mis piernas no se adaptan, me duelen todos y cada uno de los músculos que tengo en las patas, pero pienso que es demasiado pronto que ya se adaptarán. Fabián piensa lo mismo, que tengo que adaptarme a ellas. Corro la media de Orihuela, acabo en 1h 20′ muy contento por acabarla y por el poco tiempo que llevo desde la vuelta de la lesión, subo al podium como 7º local, me hace mucha ilusión, hace 6 meses no podía rodar por debajo de 5′ y ahora estoy aquí arriba pienso. Pero mis piernas son las de un abuelo de 80 años con artrosis, no me adapto a las plantillas y no tengo nada de sensaciones en las piernas. Me encuentro con un campeonato de España de cross corto, gracias al brillante 3er puesto autonómico del equipo y a que por motivos personales miembros del mismo no pueden ir y confían en mí para un puesto de reserva. Paso un finde en grande con mis compañeros, llega la carrera y me emociono,¡¡estoy en un cto de España!! Es cross corto, por equipos y voy de reserva,¿ pero y que? es un cto de España, estoy en el cajón de salida, el ambiente es espectacular, hay pocas carreras con más nivel en el país y eso se nota. Estoy enchufadísimo e hipermotivado, salgo el último en el cajón del equipo, tengo que hacer un 200 fortísimo para colocarme bien y tomar medio decente la primera curva que es con arena de la playa y puede haber pelotera y caídas. Se da la salida y dudo de estar corriendo un cross corto o un 400, paso el primer km en 3′ 15» con un circuito lentísimo, con arena de la playa, giros, hierba desigual… miro el garmin y llevo 1500 metros, me queda más de la mitad, voy en la parte trasera del grupo y noto que las piernas no son mías, en una de las bajadas me tuerzo el tobillo, pero no me duele y sigo, miro el garmin, tenía la sensación de que había pasado mucho desde la última vez y me marca 1800 metros. Noto un pinchazo en el tibial y se me duerme la pierna, me falla la zancada y me paro, no puedo apoyar ese pie, no suena a lesión, ni tengo la sensación de volver a sentir ese dolor que tanto me ha jodido, pero con todo el dolor de mi corazón me retiro y me tiro todo el día arrepintiéndome de haberlo hecho, pero siendo objetivo y sincero se me quedaban grandes aún esos ritmos y esa carrera.
Me levanto el lunes 20 de Febrero con las ideas muy claras, la media de Murcia tiene que ser un punto de inflexión esta temporada, y tengo 1 mes (18 de marzo), estoy seguro que haciendo una marca decente (1h 18′ o 1h 17′) daría un salto de calidad sobre todo mental y me ayudaría a despejar esos dolores que muchas veces están solo en la cabeza. Me doy cuenta que hacia 6 años solo había tardado 1 mes y medio en correr en 1h 17′ la media, pero cada año que pasa cuesta mas, y desde entonces habían pasado seis. Estoy un mes entrenando muy, muy bien, conforme se acerca la fecha entreno mejor, y aunque soy de los que dice que la marca la haces cuando pasas por debajo del arco de tiempo, no debería costarme correr en 1h 17′. El último lunes hago un muy buen entreno (10km a 3’40» de media, muy cómodo) y ya levanto el pie para el domingo. Mi sorpresa fue el martes cuando me levanto noto unos calambres en la pierna, asustándome un poco pero reconociendo ese dolor particular de la periostitis, y sabiendo que el trabajo ya estaba hecho. Así que descansaría hasta el domingo y me vendría hasta bien. El sábado intento hacer un rodaje y mi sorpresa es que me sigue doliendo igual, y pensando que no era periostitis, supongo que el dolor de siempre se ha reflejado de otra forma y ya echándome las manos a la cabeza y pensando en todo el trabajo que llevaba este mes se ha ido al carajo. El domingo me levanto de todas maneras a ver si por la noche había sucedido un milagro y me levantaba bien pero no fue así, de todas formas me presento en Murcia y cuando dan el pistoletazo yo estaba en la línea de salida. Jorge me acompaña hasta que llego arrastrándome hasta el km 3 y me retiro cojo. Lo peor esta vez, era el sentimiento de culpabilidad que tenía, ya que llevaba 3 semanas sin utilizar las plantillas porque no me adaptaba a ellas. Ahora veo que no me adaptaba, pero tampoco me lesionaba, y hoy el día siguiente a esta media de Murcia, aquí estoy, escribiendo estas líneas e intentando sacar este cabreo-frustración que llevo dentro. Sigo teniendo las mismas ganas que el primer día, tenía asumido que esta temporada no iba a ser fácil por mi inactividad tan larga, espero recuperarme pronto y seguir disfrutando de esta peculiar forma de vida que muchos conocéis.